La ejecución de una orden de transporte consiste principalmente en desplazar las mercancías del punto A al punto B. Para mí, sin embargo, es algo un camino más complejo, que comienza por conocer los detalles y datos precisos sobre el tamaño de las mercancías que se van a recogerse y entregarse. Normalmente comienza con una llamada telefónica al cliente para conocer sus expectativas y seleccionar con precisión el coche y el conductor adecuados. Es importante que mi cliente me trate como a un socio fiable que asegurará su tranquilidad en cada etapa del transporte. Para mí, aceptar un pedido es una tarea en la que se informa a mi cliente de todas las etapas del transporte, desde la carga hasta el kilometraje y cuándo y dónde llegará su mercancía. En caso de dimensiones complicadas, intento aconsejar las mejores soluciones posibles y asumir las dificultades relacionadas con ello. Me caracterizo por la constancia y la sensación de estabilidad que le doy al cliente, que después de presentarle una oferta, tiene la certeza de que obtendrá un vehículo y un servicio fiables.